miércoles, 20 de mayo de 2015

Ilusiones,
arena de un sueño arcilloso
compacto bajo la rabia meticulosa
de mil millones de suspiros.
Me desnudo sobre el humo,
soy humo desnudo que se mece
en el viento cálido del Estrecho.
Soy el mar.
Cadáver de mar en miércoles de carnaval,
esbozo de alegrías y soleares,
la luz, sol,
Triana bajo la dictadura de un gordo coreano.

Y juego a quererte.

En el siniestro canto que precede al orgasmo,
juego a quererte
y acaricio tu clítoris con los dedos cruzados
mientras dibujas en mi espalda
pentagramas.
Luego nos invade la voz cálida de Billie Holliday
y los pájaros graznan:
-¡Aleluya Aleluya!- con los picos agusanados.
En sus nidos cruces de fuego,
corazones resecos,
lágrimas latentes.

En el espacio oculto bajo la espesa capa de polvo,
mugre,
y sentimientos sin nombre
bajo la bóveda sin mácula
que cercena la sombra.

Me esperarás.

Me esperarás,
y al cruzarnos de nuevo asquearás el rostro.

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